Aunque las cuevas son propiedad de Juan José Martínez, conocido como El Diablo. Éstas cuevas están excavadas en el mismo corazón del peñón donde se asienta el pueblo, atravesando con un largo túnel de lado a lado de ésta. Su construcción fue iniciada en 1905 para ser usadas como corrales, palomares y alacenas.
Desde hace ya unos años, su propietario inició un proceso de ampliación y restauración de pasillos, corredores y estancias. En su interior se alojan un bar, un restaurante y una discoteca. Está decorada con aperas de labranza antiguos, reliquias de años atrás. Sus asombrosas vistas del río y el valle, sus construcciones hechas en roca, sus largos pasillos, su temperatura constante todo el año y más detalles, enamoran al visitante.
Desde las cuevas del diablo se puede acceder a la cueva del rey Garadén, están comunicadas entre sí.